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INFOXICACIÓN: CUANDO SE VUELVE TÓXICO EL MANEJO DE LA INFORMACIÓN.

    Cuando nuestros padres y abuelos estudiaron debían, además de ir a clases (que por supuesto, siempre fueron presenciales), realizaban consultas en enormes bibliotecas para poder adquirir el conocimiento. Depósitos de libros que estaban organizados por áreas de conocimiento, por orden alfabético, y cuyos textos de consulta se buscaban con un código alfanumérico en enormes estantes. Allí pasaban horas leyendo y anotando lo que querían saber o se les había ordenado investigar para luego cumplir sus asignaciones escolares, de liceo o universitarias.

   La llegada de la computadora y luego la aparición de la web, cambiaron totalmente el panorama. Actualmente se coloca una palabra en el buscador y aparecen 10 mil páginas sobre el tema en cuestión. Las bibliotecas se volvieron obsoletas, al igual que sucedió con otros artefactos del siglo pasado. Pero con la llegada de la era de la información eso causó una saturación, que genera, cortocircuitos, literalmente hablando,  en el ser humano; hoy por hoy se puede colapsar por el número de horas que se pasa frente al ordenador o conectado a través del teléfono móvil o la Tablet. 

     Buscas una información sobre algo en específico y puedes conseguir los más disímiles artículos y, hasta incluso, contradictorios, lo que crea numerosas dudas sobre si lo que has hallado es cierto o no. Allí juega mucho el interés de quienes promueven lo publicado en la llamada autopista de la información. 

     Además, las largas horas que se pasan frente a esos equipos causan trastornos del sueño; en los niños y adolescentes, generan una serie de anomalías, muchas de las cuales no se detectan de inmediato, sino progresivamente, al evaluarlas. Esta colapso o fatiga por las horas de búsqueda de información o su consumo excesivo en esta nueva era digital, produce afecciones relacionadas directamente a nivel psicológico e indirectamente, en la salud física. Este fenómeno se le conoce como la infoxicación (intoxicación de información), y es  muy común hoy en día entre las personas que están actualizadas con el uso de estas tecnologías.  A continuación, se explican las consecuencias de este problema y lo amplia que pueden llegar a ser sus consecuencias.

Afecciones mentales

     El consumo intensivo de información, la búsqueda insaciable de datos, con un constante miedo a la falta de conocimiento o simplemente a no poder conseguir todo lo requerido; puede generar trastornos psicológicos en el consumidor. 

     En primer lugar, se puede generar gran carga de estrés que a su vez se enlaza con ataques de ansiedad por la inseguridad o insuficiencia de los datos adquiridos. También esta sobrecarga de información puede generar déficit de atención y tendencias evasivas que afectan la concentración, lo que  se puede convertir en un círculo vicioso que llevará a una búsqueda de poca calidad e incremento de la inseguridad con respecto a los datos encontrados.

     El cansancio o fatiga  es otro de los posibles efectos  lo que, además, ocasiona insomnio o pérdida del sueño, en donde la persona afectada puede sufrir ciertas complicaciones adicionales  por la falta de descanso, lo que afecta el funcionamiento normal del cuerpo y vulnera la salud

     Adicionalmente, todo este cuadro puede causar depresión o ansiedad, con los efectos perniciosos que eso produce. Ni hablar de los cambios de carácter, afectación del humor y de las relaciones interpersonales. 

Enfermedades Biológicas

     A pesar de que la infoxicación presenta consecuencias directas netamente psicológicas, indirectamente puede disminuir la capacidad de defensa del sistema inmunológico, lo que hace al involucrado en esta conducta, proclive a sufrir cuadros virales o bacterianos. De esta manera, la depresión es una de las enfermedades psicológicas que, junto con el estrés y la ansiedad, minimizan los sistemas de defensa del organismo, lo que nos coloca en una situación comprometida y peligrosa para la salud.

Dolencias físicas

      Las herramientas para la búsqueda de información excesiva, ya sea el celular, la computadora (sea de escritorio o laptop), o la Tablet, generan, a mediano y largo plazo, afecciones o daños físicos que afectan los sistemas interconectados de nuestro cuerpo, crean desequilibrios y causan afecciones. Una de las enfermedades que se pueden producir por el uso excesivo de estas herramientas es el síndrome del túnel carpiano, que es una de las que se dan en personas por el uso de las herramientas de búsqueda (principalmente el mouse), lo que causa una compresión de un nervio que pasa por en medio de la muñeca, el  mediano, que está rodeado por un haz de fibras que, con el uso intensivo y repetitivo, se llega a irritar, hinchándose y dando lugar a inflamación con dolor. 

      Además, otras enfermedades que puede traer indirectamente la búsqueda de información obsesiva pueden ser dolores lumbares,  cervicales, tendinitis, por solo mencionar algunas. Todas ocasionadas por la infoxicación.

Enfermedades Funcionales

Muchas variables de funcionamiento del cuerpo son afectadas con la adicción a la búsqueda de información por medios digitales, lo cual también puede generar otros efectos perniciosos como migrañas, fatigas crónicas, contracturas musculares con dolor, debido al constante manejo de herramientas digitales. Y por el estrés se pueden producir a largo plazo implicaciones digestivas, como la gastritis, por la somatización física del estrés.

      Al ver todas las consecuencias que puede generar este comportamiento y observar que puede ser algo tan común como buscar la información en un teléfono, es importante tomas previsiones para evitar sufrir de infoxicación. Por ende, se ofrecen algunos tips de recomendaciones para reducir el manejo excesivo de las herramientas digitales ante una investigación en proceso y, así,  minimizar sus posibles consecuencias: 

  • Clasifica la información. No todo lo que está en la red es útil, por eso elige los contenidos con base en su relevancia, calidad y actualidad.  
  • Verifica quién es el autor. Cuando recibas una noticia por WhatsApp o encuentres publicidad en redes sociales, cerciórate si el autor es reconocido y te inspira confianza. 
  • Consulta diferentes fuentes. No te quedes con el primer resultado que veas, explora varias páginas y revisa las referencias bibliográficas, la ortografía y la arquitectura gráfica del sitio web. 
  • Crea tu propio criterio. Ser autodidacta es posible gracias a Internet. Por tanto, llegará un momento en que tengamos un criterio propio sobre un asunto. Es el momento de parar de leer a discreción y empezar a hacerlo de forma más crítica. Verás que hay blogs que antes seguías y ahora ya no te aportan nada. No te preocupe eliminarlos. Cada cosa tiene su momento y cada blog su target.
  • Marca un tiempo máximo para realizar búsquedas de información. Es el consejo más importante. No puedes pasar 1000 horas delante de una pantalla de ordenador o móvil escaneando noticias y leyendo títulos que, en ocasiones, no reflejan el contenido que hay detrás de ellos. ¡Olvídate! Es conveniente que decidas cuánto tiempo necesitas de verdad invertir en las novedades del día. El resto del tiempo hay que producir.
  • Administra tu tiempo y realiza otras actividades. Pasar horas delante de un equipo navegando por Internet no es lo más recomendable. Organízate de tal forma que realices actividad física, veas televisión, sal al cine al ver un film, conversa con un amigo o familiar de manera presencial, guarda el móvil cuando estés en la mesa almorzando con alguien más, camina o realiza algún deporte. Disminuir a un tercio del tiempo el manejo de las herramientas tecnológicas de la información y la comunicación es un consejo nada desdeñable.
  • Sé previsivo con tu salud. No solo se trata solo de cuidarte para que tengas una mayor calidad de vida, al evitar el abuso de las herramientas tecnológicas. También es importante contar con un seguro que, a la hora de cualquier eventualidad, pueda ayudarte a resolver este o cualquier problema que pueda afectarte, en este sentido.

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